Desde el cielo...

Querido Niño Jesús:

Te escribo esta cartita, simplemente para decirte: Felicidades desde lo más profundo de mi corazón.

Sé que el pasado día 25 de diciembre celebraste tu cumpleños, y de hecho, lo debiste de hacer por todo lo alto; pues yo no hacía más que ver regalos en todas las casas, espléndidos banquetes, luces y adornos por todas partes y niños, como yo, cantando villancicos a cambio de un aguinaldo. Supuse que todos estaban preparándote una gran fiesta sorpresa.

Siento no haber podido acudir a esa gran fiesta sorpresa, que, supongo, celebraríais en un gran palacio. Siento no haber podido estar presente en el día de tu cumpleaños. Siento no haber podido hacer un regalo tan grande como los que los niños te tenían preparados en sus casas (junto al árbol).

Pero quiero que sepas que, desde el hospital, mamá, papá, mis hermanitos y yo, nos acordamos mucho de tí y de hecho, pusimos un bonito Belén que hizo papá en el taller y que después, todos pintamos con alegría e ilusión.

Te tuvimos muy presente cuando encendimos las velitas y rezamos una pequeña oración todos juntos. Cuando el médico vino a darnos la noticia. Cuando, de repente, todo se apagó y comenzó a dar vueltas.

Y, sobretodo, cuando, finalmente, pude estar contigo, junto al abuelito y la abuelita y vimos, desde el Cielo, a mamá, papá y a mis hermanitos, que aunque estaban tristes, no dejaban de sonreir y rezar a Dios, tu papi.

Gracias por estas Navidades, han sido muy especiales para mí, Jesús.

Con cariño.

Un angelito muy pequeñito.